Las alitas de pollo son deliciosas y fáciles de preparar
A quién no le gusta compartir unas buenas alitas de pollo con los amigos? Este plato, acompañado de una buena salsa, es un deleite universal. Conoce algunas maneras de prepararlo, además de consejos para conseguir el mejor sabor.
Uno de los bocadillos de carne más populares en el mundo son las famosas alitas de pollo. Esta parte tiene un sabor más intenso, similar al de la carne oscura, y su forma de pequeña ala hace que su consumo sea práctico para todo tipo de eventos sociales. Se pueden consumir horneadas, ahumadas o a la parrilla, pero la variante más popular es, sin duda, las fritas.
Las alitas recetas se diferencian por el tipo de salsas utilizadas en su preparación. Por ejemplo, las alitas Buffalo se destacan por ser fritas y con salsa picante, mientras que las alitas BBQ tienen un glaseado dulce y ahumado, con la famosa salsa de barbacoa. La diversidad de sabores hace que todos los comensales disfruten de este plato a su propia manera.
Las alitas de pollo son una opción perfecta para consumir en la tarde junto a los amigos, o para acompañar una noche de cine en familia. También son ideales como aperitivo en los eventos deportivos, donde se pueden adquirir con mucha facilidad. Claro que se deben acompañar con su buena salsa y con una refrescante bebida gaseosa, para tener un alimento completo.
¿Cómo preparar alitas de pollo?
La receta clásica de alitas de pollo varía dependiendo de su método de cocción: si son fritas, se cocinan en aceite caliente (175 °C) entre 10 y 15 minutos. Si se piensa hornear, se cocinan a 200 °C entre 25 a 30 minutos, volteándolas a la mitad del tiempo para una cocción uniforme. Un consejo de preparación es secar las alitas antes de adobarlas, y luego hervirlas por 3 minutos antes de cocinarlas.
En cuanto a la sazón, se cuentan con opciones caseras muy interesantes. El condimento tradicional sureño consiste en aceite de oliva, pimienta negra, sal, paprika, comino, ajo, azúcar moreno y jugo de limón. Para un sabor dulce y salado, al estilo asiático, lo mejor es añadir salsa de soja y miel. Una alternativa más interesante es la mezcla de vinagre de vino blanco suave, con orégano, laurel y comino.
Cuando se hayan condimentado y cocinado las alitas, se maridan con una diversidad de salsas. La salsa de alitas original es la Buffalo, la cual tiene un intenso toque picante. La salsa BBQ también es muy común, y le da un sabor dulce con un toque de ahumado. Otras opciones son la salsa agridulce, con un contraste de sabores, y la salsa Ranch, con consistencia cremosa y suave.
Para servir, las alitas de pollo se acompañan con la salsa para que el comensal moje el bocadillo a su gusto. Se sirven, además, las clásicas papas fritas, un acompañante que nunca falla. Los que buscan algo más ligero y saludable pueden acompañar con ensaladas frescas al gusto, por ejemplo, una preparada con apio y zanahoria.
Un snack para compartir con amigos
Las alitas de pollo se han vuelto muy populares en todo tipo de eventos, como fiestas o conciertos. También están estrechamente relacionadas con la cultura del deporte: es muy típico ver a los fanáticos del béisbol apoyando a su equipo favorito desde las gradas, con una bolsa de alitas en sus manos.
Al ser un plato pequeño y fácil de llevar a cualquier lado, las alitas de pollo representan el bocadillo perfecto para compartir en reuniones sociales. Comer alitas son el mejor acompañamiento para socializar con los amigos o ir a ver un partido deportivo. Por tal razón, este plato se asocia con una atmósfera festiva y amigable.
La diversidad de salsas hace que todo el grupo de amigos o familiares pueda degustar varios sabores, y así encontrar el que complazca a su paladar. Se pueden adquirir las alitas de pollo en el mismo evento social, o más bien prepararlas en casa y llevarlas al lugar para compartir un alimento delicioso con los seres queridos.
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