Yo perdono pero no olvido. El rencor oculto en la pareja

perdono pero no olvido

Perdonar no es fácil, eso está claro y de alguna forma terminamos creyendo que es lo que debemos hacer, que no perdonar está mal, que es de mala persona, que todos cometemos errores y deben ser pasados por alto. Entonces nos creamos esa famosa frase "Yo perdono, pero no olvido", queriendo decir que no somos rencorosos, además todos nos sentimos identificados, ¿verdad?

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Es imposible olvidar, pero no perdonar

Todos podríamos decir la frase "perdono, pero no olvido" porque, si lo entendemos literalmente, cae por su propio peso. Es imposible que olvidemos, no olvidamos nada que nos afecte emocionalmente; si se nos olvida es que nos da igual y si nos da igual entonces tampoco había nada que perdonar. Si hemos hecho el trabajo que requiere el perdón nos ha costado más que suficiente para no ser capaces de olvidarlo.

Pero no lo decimos de forma literal. Lo que queremos decir es que ese perdón no ha sido total, que la otra persona sigue en una especie de "periodo de prueba", que la decepción fue tal que tiene mucho que demostrar.

Y si aún pensamos en ello como un agravio, si no logramos ver a la otra persona con los mismos ojos, y sobre todo si utilizamos ese evento como arma arrojadiza en las discusiones, entonces es que sí somos rencorosos, entonces es que no hemos perdonado.

Por eso esa frase no tiene sentido, es una manera bonita de decir que no, que no hemos perdonado ni perdonaremos, porque sigue en nuestra memoria e influye negativamente en la relación con esa persona.

No siempre debemos perdonar

Nuestra cultura nos dice que el amor todo lo puede…si es amor de verdad. Así que ante la tesitura de decidir si debemos perdonar o no un agravio por parte de nuestra pareja nos situamos en un todo o nada; o bien perdonamos (y olvidamos) y hacemos como que no ha pasado nada, continuando con nuestra feliz relación, o bien no perdonamos y eso significa romper con nuestra pareja para siempre.

La realidad es que no todo debe ser perdonado, pero que tampoco es necesario perdonar todo para que la relación continúe.

Somos individuos diferentes, no tenemos las mismas prioridades y probablemente lo que para mí es una afrenta para el de al lado es una minucia, por eso podemos dañar a otra persona sin pretenderlo y aun no darnos cuenta una vez haber hecho estropicio.

Además, por supuesto, todo el mundo comete errores. Sabemos que lo que hacemos puede dañar pero creemos que no saldrá a la luz, o simplemente no valoramos la gravedad del asunto hasta que es demasiado tarde. Esto es algo que todos hacemos en algún momento, porque no somos perfectos y nos equivocamos continuamente.

Por estas cosas mereceríamos ser perdonados y, una vez pasado un tiempo prudencial, no tendría por qué afectar a nuestra relación. Se puede continuar sin problema.

¿Cuándo no debemos perdonar? Si no se puede justificar con un "todos cometemos errores" porque es un error que ya se ha repetido demasiadas veces y ya debería saber las consecuencias, si ataca directamente a nuestros principios y valores y nos hace pensar que la calidad humana del otro no es tal. Entonces no se puede, no se debe perdonar.

Hay otras afrentas que no son tan graves como para llegar a pensar que el otro no es tan "buena persona" pero que tampoco tienen justificación, que aceptamos que no es algo objetivamente grave pero que a nosotros nos duele y nos seguirá doliendo. En esos casos quizás no podamos perdonar, pero no es necesario que rompamos la relación.

¿Cómo aprender a perdonar?

Te gustaría perdonar pero no sabes como hacerlo. Lo principal es no tener prisa porque los sentimientos de rencor van pasando con el tiempo y es después de unos días, incluso semanas, cuando comenzamos a ver las cosas de otra forma. Sé paciente.

Es indispensable hablarlo, guardar el rencor bajo capas de buenas caras no sirve de nada. En algún momento va a salir y no va a ser agradable. Hay que sentarse y hablarlo; aclarar qué significa para cada uno lo que ha pasado, tratar de entender al otro y hacerse entender comunicando exactamente como nos sentimos y porqué. Asegurarnos de alguna forma que el otro entiende lo que esto ha supuesto para la relación y así reducir la posibilidad de que se repita.

Es esencial confiar, no podemos hablar con una persona automáticamente invalidando todo lo que diga, así no sirve de nada. Si no eres capaz de creer en sus palabras entonces no vas a poder perdonar. Si haces el esfuerzo, permítete preguntar todo lo que necesites.

Pide lo que necesites para perdonar, para esto necesitas reflexionar sobre esta cuestión. Piensa en qué puede hacer la otra persona para que pudieras eliminar esos sentimientos negativos.

Si perdonas debe ser para siempre. Es terriblemente dañino para una relación el sacar trapos sucios años después, además no es justo.

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