Perder peso a partir de los 45 años
Todos las que lo han probado lo saben bien: adelgazar después de los 45 no es nada fácil. Con el paso del tiempo, las curvas se van instalando y con los cincuenta a la vuelta de la esquina, las hormonas se alteran ¡dificultando aún más las cosas! Sin embargo, olvidándonos de recuperar el peso que teníamos cuando éramos jóvenes, es fácil perder peso a largo plazo con esfuerzos diarios y con una higiene de vida mejor.
Te presentamos diez posibles problemas que pueden impedirte perder peso a partir de los 45 años y cómo superarlos.
- El cuerpo quema menos calorías.
- Haber seguido muchas dietas anteriormente.
- Te pierden los platos a fuego lento.
- Te encanta el buen vino.
- Ya no te tomas tu tiempo para cocinar.
- Comes mucho en restaurantes
- No haces deporte
- Tienes más grasa y menos músculos
- Sufres de retención de líquidos
- No tienes sed
- Modelo de menú para adelgazar después de los 45
El cuerpo quema menos calorías.
Naturalmente, tu cuerpo necesita menos calorías para cumplir con las diferentes funciones. ¡Es hormonal! Además, los kilos de más empiezan a instalarse no sólo en el trasero, sino en la parte de arriba del cuerpo, siempre a causa de las hormonas que empiezan a fallar.
La solución: disminuir el aporte energético diario entre 150 y 300 kilocalorías. Eso equivaldría a un helado o cuatro rodajas de salchichón…
Haber seguido muchas dietas anteriormente.
Cuantas más dietas hayas hecho, más le costará a tu cuerpo reaccionar. Puede que hayas empezado a ser insulino-resistente y tu páncreas ¡ya no trabaja tan bien! La solución: olvídate de las dietas hiperproteicas que harán que tu organismo sea todavía más resistente.
Cambia algunos hábitos y limita el consumo de queso y embutido. Come más grasas vegetales y alimentos con alto contenido en fécula al mediodía (excepto pan). Así, evitarás lanzarte a por una tableta de chocolate justo después.
Te pierden los platos a fuego lento.
Es normal porque tu gusto se ha ido formando a lo largo del tiempo y has aprendido a desear lo bueno… La solución: aprende a aligerar los platos. Prepara garbanzos pero sin chorizo (o si lo haces, por lo menos prepáralo en una olla aparte), sustituye el jamón por el tocino…
Te encanta el buen vino.
Te gusta mucho y con el paso del tiempo entiendes más. El problema está en que un vaso de vino contiene 70 kc.
La solución: aprende a conformarte con un vaso de vino en la mesa y pon siempre un vaso de agua al lado para calmar la sed. Si tomas el aperitivo, olvídate de los vinos dulces y de los cócteles…
Ya no te tomas tu tiempo para cocinar.
Tus hijos ya no están en casa, por eso, cada vez optas más por calentar platos ya preparados. Además, ¡tienes buen apetito! La solución: sin dejar de cocinar rápido, prepara pescado al papillote, verdura… Prueba el alga agaragar en polvo que sirve de gelatina y no tiene calorías. ¡Un milagro para salsas y terrinas!
Comes mucho en restaurantes
El problema es que la comida que ofrecen normalmente suele ser grasa y las cantidades no siempre se adaptan al apetito.
La solución: ¡Elegir correctamente! Verdura o sopa de primero y pescado o carne blanca de segundo.
Pide un suplemento de verduras o una ensalada y olvídate de las salsas y del postre. Cuando llegues a casa tómate un yogurt o una pieza de fruta si es necesario.
No haces deporte
Es una pena porque tu necesidad energética ha bajado y es necesario que aumentes el gasto físico.
La solución: Prueba con una actividad que te guste y que puedas practicar varias veces por semana: andar en bicicleta, bailar, pasear, jardinería… ¡Todo menos desesperarte delante de la tele!
Tienes más grasa y menos músculos
Tu cuerpo ha perdido firmeza. El riesgo que tiene adelgazar es que puedes perder músculo.
La solución: consumir proteínas en cada comida principal: huevos, pescado, carne blanca, jamón cocido y legumbre (lentejas, judías…).
Sufres de retención de líquidos
Desgraciadamente es algo hormonal. Además, seguro que también tienes algo de celulitis.
La solución: preparados o alimentos diuréticos que además, te estimularán los riñones. Elige alimentos ricos en potasio como los espárragos, el hinojo, la pera, el plátano… ¡que eliminan toxinas!
No tienes sed
La sensación de sed disminuye con el paso de los años y ahora apenas bebes. Resultado: eliminas peor los residuos del organismo y quemas menos energía.
La solución: Toma tés, añade la piel de los cítricos en las botellas de agua, toma infusiones… y consume frutas y verduras ricas en agua, con pocas calorías y que te saciarán gracias a la fibra que contienen. Las más hidratantes son el pepino, el calabacín, la lechuga y la sandía.
Modelo de menú para adelgazar después de los 45
- Desayuno: Café o té sin azúcar 2 rebanas de pan integral + 10g de mantequilla y una cucharada de café de mermelada 1 yogurt natural 1 kiwi
- Comida: Espárragos con una cucharada sopera de vinagreta (3 cucharadas de aceite de colza + 1 cucharada de agua + 1 cucharada de vinagre + media cucharada de mostaza) + perifollo Pasta (150g) con marisco y pimientos 1 cucharada sopera colmada de parmesano Fresas
- Merienda: Té sin azúcar Con hambre: 1 yogurt edulcorado con sandía
- Cena: Gazpacho con bastoncitos de pepino Lubina con hinojo + limón + 1 cucharada de aceite de oliva 1 queso fresco 20% de MG con frambuesas.
- Antes de acostarse: 1 infusión
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